Hubert es un inspector de policía con métodos poco ortodoxos, pero con un tierno corazón, al que le dan unas vacaciones forzadas. Dos días después recibe la llamada de un abogado desde Tokyo, informándole que la mujer de su vida, que desapareció hace 20 años, ha muerto. Y lo que le dejó, no es ni dinero, ni presentes, ni nada material; le dejó a su propia hija, Yumi, una extravagante adolescente, adicta a ir de compras, y con doscientos millones de dólares en su cuenta. Hubert decide viajar a Tokyo, nueve años después de su última visita, y descubre que la muerte de Miko, no fue casualidad, ya que la mafia japonesa está detrás de los hechos. Junto a su viejo compañero, Momo, este viaje a Tokyo no se convertirá en las vacaciones que Hubert esperaba…